Enfrentarse a la adquisición de un nuevo ascensor puede suponer para una comunidad de vecinos un auténtico quebradero de cabeza, sobre todo si se desconocen los diferentes modelos que existen.
Desde el siglo XIX, y gracias a los avances tecnológicos, se puede hablar concretamente de dos grandes tipos de ascensor, que se diferencian básicamente por el accionamiento: hidráulicos y eléctricos.
Dependiendo de las características y necesidades de cada edificio se precisará la instalación de un ascensor hidráulico o uno eléctrico.
Ascensores hidráulicos
La principal característica de los ascensores hidráulicos es que el movimiento se genera a través de una bomba colocada en un motor eléctrico. Así se inyecta el aceite a presión a través de las válvulas hasta alcanzar el pistón y producir el movimiento ascendente de la cabina. El movimiento descendente, en cambio, se alcanza gracias a la gravedad que se produce por el peso de la cabina y retorna el aceite a su posición inicial.
Este tipo de ascensor suele utilizarse en viviendas que cuentan con pocas alturas y dimensiones reducidas para su instalación ya que tiene facilidad para deslocalizar la sala de máquinas y adaptarse a espacios pequeños.
Ascensores hidráulicos sin cuarto de máquinas
Este tipo de ascensor es idóneo para los inmuebles que, por sus características, precisan ocupar el mínimo espacio posible. La tecnología desarrollada en los últimos años ha permitido que el cuarto de máquinas pueda ser substituido por un pequeño armario y situado en cualquier parte del edificio logrando reducir al mínimo las dimensiones. Además, la incorporación de cables de acero planos, ligeros y flexibles consigue una mayor amplitud en la cabina para el confort de los usuarios.
El ascensor hidráulico sin cuarto de máquinas es la opción perfecta para los edificios de poca altura y con un tráfico elevado de personas ya que la deslocalización de la sala de máquinas aumenta la capacidad del ascensor.
Ascensores eléctricos
Los ascensores eléctricos cuentan con un motor, normalmente situado en la parte superior, y una polea por la que pasan los cables que sostienen la cabina y el contrapeso. Al accionar el motor, los cables desplazan ascendente o descendentemente el ascensor sobre las guías gracias a la polea motriz.
Este tipo de ascensores es el más común en la mayor parte de los edificios ya que están especificados tanto para transportar personas a baja como a alta velocidad (superior a 0,8 m/s) y pueden cubrir más de seis alturas.
Ascensores eléctricos sin cuarto de máquinas
Este tipo de ascensores han supuesto una auténtica revolución tecnológica. El empleo de una polea de menor tamaño que en los ascensores convencionales y la utilización de unos nuevos cables de acero planos recubiertos de poliuretano permiten instalar el motor y la maquinaria en el mismo pozo del ascensor.
Los ascensores eléctricos sin cuarto de máquinas surgen de la necesidad de dar respuesta a los edificios altos (hasta 30 pisos) con espacios reducidos para instalar el nuevo dispositivo.
Ascensores Gearless
Los ascensores Gearless resultaron una revolución a principio del siglo XIX, ya que permitieron la construcción de altos rascacielos. Se trata de un tipo de ascensores que no cuentan con reductor, por lo que pueden recorrer grandes distancias a altas velocidades (2,54 m/s).
En cuanto a las características técnicas, los ascensores Gearless cuentan también con la peculiaridad de que pueden adaptarse a espacios pequeños ya que la instalación del contrapeso y las guías de la cabina en la misma línea optimizan el espacio.¡
Ascensores a 220V
Las características técnicas son similares a los anteriores modelos especificados con la excepción de que utilizan una corriente normal de 220V, la habitual en cualquier inmueble. Esta peculiaridad hace que el consumo de energía sea realmente bajo y puedan operar con energías renovables.
Además, en caso de que se produzca un corte en la corriente eléctrica, cuentan con unos acumuladores de energía que permiten que el ascensor continúe funcionando por un periodo prologando de tiempo.
En conclusión, ambas soluciones son válidas. Dependiendo de las necesidades que presente el inmueble en lo referente al tipo de carga, la superficie de cabina, la velocidad y el uso al que va a destinarse el ascensor será más adecuado uno hidráulico o eléctrico.
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